Como Orquídea de concreto encerrada en Abadon manipulas el destino carcelero que petrifica tu existencia en soledad...Exhalando tu polen sagrado al inframundo albergando la desidia del tabú fundiendo el pecado carnal en un espejismo utópico en las fauces de tu protector...
Envuelta en vanidad y la soberbia de existir sin memoria has de exprimir el cáliz punible de Nayi, una rosa negra, una lágrima fingida...
Frivolizaste hasta el nirvana domando el salvaje corazón, velo de voracidad rapaz oxidando el papel con quimeras, nauseas evasivas y funciones continuas...
Pero como toda hiedra irracional expiraste sin fecha de vencimiento, tu semilla... tu próxima victima...
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