Cuatro meses sin intoxicar mente y cuerpo !
Cuatro meses de voluntad absoluta !
Cuatro meses sin silbar al viento ese humo danzante que recorrió con los años el mismo camino de la sangre.
Marchitamos lento desalmado compañero,
juntos nos robamos un pedazo de tiempo
como una nube nos despoja de la luz en pleno invierno
opacando los cristales
escarchando un suspiro al aire.
Fuiste el interruptor a bocanadas adictivas
el inhumano degustador de momentos triviales
aquel toxico calmante ansiolítico que ahogó mil penas
el que selló instantes...
Y eternizó en mí
pequeñas aureolas de placer.