Corazón en Llamas

Cada cual monta su propio escenario de vida con respecto a sus relaciones, con la madurez del crecimiento aprendemos a afrontar nuestros comportamientos de otra manera, en mi caso, tratar de concebir tranquilidad que no es propia de mi naturaleza, a mi mismo me veo como una persona ansiosa (algo que tuve que aprender a moldear con los años), el que nunca acepta un no por respuesta y que en varias ocasiones llega a pecar de soberbio en creer que tiene la razón, pero el punto aquí, ahora, en éste párrafo, es tratar de entender el porqué uno falla cuando hace las cosas bien y de corazón.


Trate de convertirme en un salvavidas, en un contenedor de esperanza de un nuevo comienzo, fue un novedoso experimento al que le di alas, el cual sobrevoló feliz por un tiempo por su propio impulso hasta que un día se estrelló súbitamente en mi cara.
Hoy trato de comprender la naturaleza de Escorpión, ya en el pasado intenté reflexionar con él y en sus ojos encontré tristeza, impotencia, ira, odio, bronca y por último el pecado de la vergüenza, escondida hasta el final una pequeña lágrima, era su última defensa ocultando la estocada, listo el aguijón para envenenar mi sangre.
Sin apresurarme, sin juzgar, tome la arcilla entre mis manos y moldeé un novedoso presente, hice mi sangre su sangre bautizando las dudas, combatí los fantasmas con la verdad, luz de mi luz, cuestión de tiempo... la flor renació fuerte y vigorosa de la tierra arcillosa, el aire jamás fue tan sabroso y la risa inundó al contagio colectivo, tiempos felices.

Pero... nunca alcanza, nunca es suficiente, o tal vez, el escorpión extrañaba ser escorpión... de pronto se gestó una mentira, desencadenando una duda, hasta convertirse en culpa y la inseguridad volvió una noche para quedarse y hacerle compañia, ahora vuelve a ser... la dueña de sus caprichos.

Yo vi una vez un Escorpión convertirse en la más Bella Flor.